miércoles, 25 de junio de 2008

Las razones de los Cinco, por Orlando Guevara Núñez


Las razones de los CincoSantiago de Cuba, junio 25.- Los cinco cubanos presos injustamente en cárceles de los Estados Unidos, tuvieron razones suficientes para infiltrarse entre los grupos terroristas que desde ese país fraguan planes para destruir la Revolución, asesinar a nuestros dirigentes y regresar a Cuba el capitalismo salvaje ya trascendido por el socialismo.

Esa historia comenzó desde el mismo triunfo de la Revolución cubana, cuando aún su carácter socialista no había sido proclamado.

El 17 de marzo de 1960, fue aprobado por el gobierno de Dwiht D. Eisenhower el llamado Proyecto de acción encubierta contra el régimen de Castro. Y el 18 de enero de 1962, se aprobó también el Proyecto Cuba, con 32 tareas de guerra encubierta, que tendrían aplicación mediante la conocida Operación Mangosta, con los más brutales métodos de terror y crimen contra el pueblo cubano.

Centenares de ataques piratas por aire y mar, formación de bandas contrarrevolucionarias organizadas, entrenadas, armadas y dirigidas por la Agencia Central de Inteligencia de los Estados Unidos (CIA), infiltraciones de agentes, sabotajes y otros actos hostiles, forman parte de esa bochornosa historia.

Datos recogidos en la Demanda del pueblo de Cuba al gobierno de los Estados Unidos por daños humanos, de los cuales es responsable ese Estado agresor - documento emitido en mayo de 1999 - demuestran el vandalismo de una poderosa nación llamada civilizada contra un pueblo pequeño, cuyo delito único es defender su libertad y no someterse a los dictámenes imperiales.

Tal como lo reconoció el entonces Inspector General de la CIA, para fraguar sus planes en Cuba contaban, en enero de 1960, con 40 personas, cifra que ascendió a 588 en abril de 1961. Una de sus aspiraciones siempre fracasadas, ha sido la de crear una oposición interna capaz de triunfar frente a la Revolución.

Sólo desde septiembre de 1960 hasta marzo de 1961, fueron realizadas en Cuba 12 operaciones aéreas para el transporte de armas, municiones, explosivos y otros medios para sabotajes, armar bandas mercenarias y cometer numerosos crímenes contra obreros, campesinos, maestros y personas humildes, entre ellas ancianos, mujeres y niños.

Entre 1959 y 1965, fueron creadas y actuaron en disímiles puntos del país 299 bandas con 3 995 mercenarios. Miles de combatientes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias, del Ministerio del Interior y de las Milicias Nacionales Revolucionarias, integradas principalmente por obreros, campesinos y estudiantes, desarticularon esos grupos y los eliminaron por completo en 1965. La pérdida de la vida de 549 patriotas y centenares de heridos fue el costo para Cuba.

Una de las páginas más sangrientas de las agresiones del gobierno de los Estados Unidos contra Cuba, fue la invasión de Playa Girón, en abril de 1961. Unos 1 500 mercenarios entrenados, armados, financiados, dirigidos y transportados hasta nuestro suelo con medios del gobierno yanqui, desembarcaron con el objetivo de crear aquí una cabeza de playa, donde proclamarían una jefatura que sería apoyada por la intervención norteamericana. Su destrucción en menos de 72 horas por las fuerzas cubanas, con su Comandante en Jefe Fidel Castro al frente, pulverizó la macabra intención.

Fue una invasión con poderosos recursos, que costó al gobierno norteamericano – más bien a los contribuyentes de ese país- una suma superior a los 45 millones de dólares.
Los mercenarios fueron apoyados por 16 aviones de combate B-26, seis aviones de transporte del tipo C-46 y ocho C-54; dos aparatos anfibios tipo Catalina, cinco tanques Sherman del tipo M-41, con cañones de 76 milímetros y diez carros blindados y artillados con ametralladoras 50, más 75 bazucas, 60 morteros de diversos calibres y 21 cañones sin retroceso de 75 y 57 milímetros; portaban 44 ametralladoras calibre 50 y 39 calibre 30, entre pesadas y ligeras. A todo esto, se sumaban ocho lanzallamas, 22 000 granadas de mano, 108 fusiles automáticos Browning, 470 subametralladoras M-3, y 635 fusiles Garand y carabinas M-1, además de 465 pistolas y otras armas ligeras.

No eran armas para liberar a Cuba, sino para reinstalar en el poder a quienes habían sido expulsados por el pueblo tras una guerra que derrotó a la tiranía respaldada por el gobierno norteamericano, causante, durante siete años, de la muerte de más de 20 000 cubanos. Entre los “patriotas” venían esbirros de la dictadura, asesinos, latifundistas, grandes propietarios y elementos corrompidos, con el fin de recuperar sus privilegios.
Un total de 176 muertos y más de 300 heridos fue para Cuba el costo de esa artera agresión.

Antes de ese hecho, se había producido el sabotaje al vapor francés La Coubre, en la capital cubana. Esa embarcación traía armas para la defensa del país contra las agresiones de que era objeto. El 4 de marzo de 1960, murieron allí 101 cubanos y seis marinos franceses.

El 6 de octubre de 1976, un sabotaje derribó a un avión de Cubana de Aviación, en pleno vuelo, causando la muerte a 73 personas, entre ellas 57 cubanos, 11 guyaneses y cinco coreanos. El crimen todavía está impune, mientras sus responsables andan sueltos en los Estados Unidos, donde son tratados como héroes.

Sólo enmarcadas en el llamado Proyecto Cuba, aprobado el 30 de noviembre de 1961 en Estados Unidos – y hasta enero de 1963, fueron desarrolladas 5 780 acciones terroristas contra nuestro país, entre ellas 716 sabotajes de envergadura contra instalaciones industriales.

La asombrosa cifra de 637 conspiraciones para asesinar al Comandante en Jefe Fidel Castro, forman parte de la criminal política norteamericana para destruir a la Revolución cubana. Esa cifra, como se sabe, es la conocida.

Entre 1962 y 1994, fueron efectuadas contra Cuba 13 498 provocaciones procedentes de la ilegal Base Naval de Guantánamo, las que también costaron vidas a nuestro pueblo.

En total, durante estas agresiones, sabotajes, actos terroristas y otros medios violentos, promovidos, organizados, financiados y protegidos por el gobierno terrorista de los Estados Unidos, 3 478 cubanos han perdido la vida y otros 2 009 resultaron heridos y con daños irreversibles para su salud.

Muchos de los causantes de esos crímenes, escaparon hacia los Estados Unidos y allí fueron acogidos. Para ese gobierno, asesinar a la población cubana, lejos de ser un crimen, es un mérito bien pagado.

Esa política no ha cesado aún. Al contrario, se incentiva por el gobierno fascista del presidente Bush. Puede decirse que desde 1959 hasta hoy, cada presidente norteamericano ha sumado su cuota de deshonra a este crimen.

Si todas las agresiones provienen desde el territorio de Estados Unidos, si es allí donde se fraguan y financian, si es ésa la segura guarida de los terroristas que contra Cuba actúan, ¿no estuvo justificada la presencia de Gerardo, Ramón, René, Fernando y Antonio en ese país? ¿Puede considerarse una ilegalidad y un delito que los patriotas cubanos hayan penetrado las organizaciones terroristas para desentrañar y desbaratar planes criminales como los que han costado la vida a miles de cubanos y la pérdida de cuantiosos recursos económicos? La labor de ellos no fue contra el gobierno y el pueblo de los Estados Unidos, fue contra la mafia terrorista de Miami.

Los datos aquí expuestos son razones que respaldan a los Cinco. No son, sin embargo, las únicas. Ahora ellos sufren prisión por ser antiterroristas y por ser cubanos. Los verdaderos terroristas están sueltos por haber cometido sus crímenes contra el pueblo de Cuba.

Pero las razones que asisten a los Cinco, están al lado de todo el pueblo cubano para continuar su lucha hasta verlos de nuevo en nuestra Patria. Cuando la justicia triunfe contra la injusticia, ese día feliz llegará.

http://www.sierramaestra.cu/esp/noticia/25cincorazones06085678.html

No hay comentarios: